sábado, 1 de febrero de 2014

JAMYANG YOGA

En nuestra escuela de yoga tibetano y meditación procuramos que los futuros instructores o simples practicantes de yoga tibetano interioricen los principios espirituales de esta enseñanza. De ahí que Jamyang Yoga integre en si misma la "compasión militante" o el “espíritu de Bodhichitta”.
Enseñamos para compartir, no para cerrar puertas o crear “búnkers” espirituales. 
Enseñamos para que todos ganemos en riqueza: Física, mental, espiritual y social.
Enseñamos prácticas para ser felices y poder compartir así la felicidad que desarrollamos con los demás.
Por eso en nuestro linaje Jamyang Yoga cada alumno, cada profesor, cada practicante, dona una parte de su aportación mensual a un fin solidario y benéfico. Cada uno debe ser (debemos ser) "activistas de la compasión en acción". Debemos implicarnos con sentido de la responsabilidad en llevar la ayuda y la compasión a los demás seres que nos rodean. 
Muchos de mis maestros han fallecido, no han tenido la oportunidad de tener su página web o su muro en Facebook. Por lo que ellos me han enseñado, sin otra pretensión que transmitir sus enseñanzas sublimes en beneficio de todos los seres sintientes, creo necesario dar a conocer Jamyang Yoga.
Varias organizaciones internacionales nos han reconocido (han comprendido la esencia espiritual desinteresada que deseamos formalizar y el ingente trabajo desarrollado para plasmar por escrito las series que nos han transmitido). 
En nuestra escuela enseñamos un total de 48 series.
Cada serie consta de entre siete y dieciocho âsanas o posturas, con su significado espiritual y los beneficios físicos y psicológicos derivados de su práctica. 
Las unidades didácticas que entregamos a cada practicante y alumno son inéditas, transmitidas hasta hoy de maestro a discípulo y que por primera vez se dan a conocer en su mayoría. Todas poseen en su estructura la esencia espiritual y dinámica no publicada hasta el momento. No lo hemos hecho por mercantilismo sino precisamente para evitar lo que prolifera en algunos sectores del yoga: Patentes y marcas en torno a un exagerado culto al maestro que nos aleja del yoga como "Unión", como un camino que nos lleve hacia la "unidad en la diversidad". 
¡Se han llegado a "patentar" y "registrar" asanas o posturas! A "prohibir" utilizar una u otra técnica porque es de "tal o cual maestro". Ese no es el Espíritu del Yoga.  
Si me preguntan que yoga practico les contesto: "Yoga". Si debo precisar que clase de yoga, añado: "Tibetano". Si me apremian a que les diga que escuela o linaje o denominación específica les aclaro: "Jamyang Yoga". 
Cuando estas técnicas pasen a formar parte del acervo cultural y espiritual del resto de los (las) yogas, para beneficio de todos, a pesar del lucro de unos pocos: ¡Será maravilloso! Nosotros llevamos cinco años "regalando" estas técnicas para beneficio de quien las integra en su vida. Por nada más, os lo aseguro.  
Además debemos tener consciencia de la impermanencia: Técnicas, nombres, patentes, marcas, "yoes", posiciones, alumnos, maestros... excepto la esencia misma del Yoga, pues nos conecta con el Todo Universal: Dios, Purusha, Luz Clara o cómo quieras llamarle... porque tu eres parte de esa realidad última. El Yoga (sea cual sea) es el camino "que te llevará a casa de nuevo".  
Doy las gracias a los maestros que me han enseñado yoga:
Madhana Mohan, José A. Calle Guglieri, Yeshe Tshering Langmo, Sense Wong Chang, Mayte Criado, Swami Krishnananda, Youn Yeo y a mis últimos maestros del Dharma: Appey Rimpoche, Ludhing Khen Rimpoche, Khenpo y a mis alumnos, que tanto me han enseñado también. 
Jamyang Yoga© ha sido registrado oficialmente ante organismos de yoga, del registro de marcas y patentes, ante el Registro de Propiedad Intelectual y levantada la correspondiente acta notarial con el único fin de “distribuir estas enseñanzas sin ánimo de lucro en beneficio de todos los seres sintientes”.
Así lo saben nuestros alumnos, pues el yoga “no es de nadie para así ser de todos”.
La cláusula específica lo deja bien claro:  "Uso universal". 

¡Namasté! ¡Tashi delek! Muchas bendiciones a todos. 

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