domingo, 28 de febrero de 2010

COMPASIÓN BUDISTA Y AMOR CRISTIANO: UNA CONVERGENCIA ESENCIAL.


El Budismo y el Cristianismo se centran en la benevolencia o la maldad del hombre en esta vida como comportamientos que deciden su destino. En el Budismo es el resultado del Karma, por lo tanto su esencia es la “Noble Verdad” del sufrimiento. En el Cristianismo "vida terrenal" significa dejar el jardín del Edén, por lo tanto su esencia también es la infelicidad y el sufrimiento. En ambos el propósito final de la vida se dirige a la felicidad eterna del hombre después de la muerte (en el Budismo, esto significa liberarse del samsara; en el Cristianismo, esto significa retornar al Paraíso Celestial). El Cristianismo centra su doctrina en el juicio final de Dios, de modo que sostiene algunos puntos de vista tales como "contar con la fe para la salvación". Mientras que partiendo de la teoría del Karma, el Budismo pone el énfasis en "el sufrimiento por las propias acciones" y sostiene que ser libre del mundo depende enteramente de uno mismo, lo que significa "contar con la propia confianza para la salvación", y no hay ningún maestro externo para el destino humano, el maestro solo sirve como guía pero nunca como salvación por sí mismo.

Las normas de vida del Budismo y del Cristianismo nos llevan ambas a conductas éticas, a una filosofía existencial que puede ser compartida por todos. Ambas filosofías de vida animan al hombre a hacer el bien en esta vida y le orientan a desarrollar una práctica moral, una “higiene de vida” que venga marcada por la bondad, y además proporciona el fundamento filosófico-práctico para conseguirlo. Un cristiano puede seguir la filosofía budista sin entrar en contradicción con su fe, pues el budismo puede enseñarle técnicas muy valiosas que pueden ser integradas en la vida de cualquier cristiano, por ejemplo la “Meditación Metta Bavana” o meditación para desarrollar bondad y tolerancia. Y todo esto sin renunciar a las creencias y raíces cristianas. Las dos doctrinas comparten valiosísimas enseñanzas, como la meditación contemplativa, la oración y el “presentismo” (vivir centrados en el presente, como se hace en la “Oración del Corazón”, por ejemplo).

San Jerónimo (siglo IV) menciona incluso el nacimiento de Buda y dejó escrito «que nació en el seno de una virgen». Escritores cristianos de los siglos III y IV como Hipólito y Epifanio dejaron constancia escrita de “un escitiano que visitó la India alrededor del 50 d. C., trayendo de allí la doctrina de los dos principios. Según estos autores, Terebinthus se presentaba a sí mismo ante el pueblo como Buda («él se llamaba a sí mismo Buda» y así dejó constancia de ello el obispo griego y doctor de la Iglesia Cirilo de Jerusalén. Terebinthus fue a Palestina y Judea donde conoció a los apóstoles y por último se trasladó a Babilonia, donde transmitió sus enseñanzas a Mani, creando lo que sería un budismo sincrético persa, el maniqueísmo. Uno de los grandes padres y santos de la Iglesia Occidental, Agustín de Hipona fue en un principio maniqueísta. En el siglo II, el cristiano Clemente de Alejandría reconoció y así dejó por escrito la influencia de los budistas bactrianos (los llamados Sramanas) en el pensamiento griego. Ante todo ello creo que es necesario reconocer la importancia de conocer la mística de ambas doctrinas, ya seas budista o cristiano. El maestro budista Ducor aconseja a las Iglesias cristianas "hacer conocer el tesoro espiritual del cristianismo para que sea este el mensaje que llegue a las personas. El cristianismo – prosigue - tiene en esto un gran tesoro. Pienso en los Padres de la Iglesia y en sus estupendos textos. Pienso en la oración y en la herencia monástica". ¡Cuánta razón encierra sus palabras! Debemos bucear sin miedo en ambas aguas y beber de sus fuentes limpias y claras, sin miedo.

Concluiré esta entrada con unas citas que fueron el colofón del Congreso de Roma Budista-Cristiano, celebrado el 8 de mayo de 2008. Miembros de la asociación budista Rissho Kosei-kai, así como otros expertos cristianos y budistas de varios países han profundizado en el concepto de compasión budista y amor cristiano, dejando escritas estas bellas sentencias:


“En cristianismo, el punto fuerte es el amor, el ágape. En el budismo tenemos la bondad y la compasión, a través de las cuales mejoramos la sociedad para el beneficio de otros”.


“Es la tercera vez que nos encontramos y ha tenido un significado especial, como budistas y cristianos hemos profundizado lo que significa la compasión budista y el amor cristiano. Creo que en la práctica de este amor y comprensión podemos encontrar profundidad”.


“Hemos intercambiado la experiencia religiosa personal de nuestra propia fe”.


“La unión de budistas y cristianos en aras de un mundo más pacífico, es una verdadera bendición. A pesar de todas las diferencias, las aparentes diferencias, cultura y tradición. Incluso ahora mismo, al oír la bendición del Papa Benedicto XVI hace sentir mucha fuerza y motivación por la cooperación”.
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miércoles, 24 de febrero de 2010

IMPRESIONANTE COHERENCIA ECUMÉNICA.

ESTRASBURGO (ZENIT.org)
Si el budismo suscita en Europa tanta simpatía es porque aquí se conoce poco el patrimonio espiritual del cristianismo, afirma un maestro budista.
Jérôme Ducor, del movimiento de budismo japonés Shinshu, ha exhortado a las Iglesias cristianas de este continente a "hacer que los europeos redescubran las riquezas espirituales del mensaje cristiano".
Ducor, suizo, vicegerente en Ginebra del Templo Shingyoji, abrió este viernes la segunda jornada de la Consulta sobre Budismo en Europa, celebrada hasta este sábado en Estrasburgo por el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso y por el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE).
El maestro, ligado al budismo desde su adolescencia, explicó ante todo las cifras que hablan de un millón de budistas en Europa.
"Se trata más de simpatizantes que de budistas que practican --dijo--. A éstos hay que sumar las declaraciones de actores famosos, como Sophie Marceau e Isabelle Adjani, que se definen budistas, pero no son militantes, de hecho no comprenden mucho lo que quieren decir en concreto".
"Por tanto, hay mucha confusión --aclara--. Pero un dato es cierto: el budismo suscita en Europa mucha simpatía porque se presenta como una fe liberadora, una voz espiritual completa".
Pero la pregunta que surge es ¿por qué la gente recurre al budismo y no al cristianismo?. "Con toda honestidad debo decir que la mayor parte de estas personas no conocen la herencia cristiana --confiesa el maestro budista, cuya declaración ha sido publicada por el servicio de prensa de la Conferencia Episcopal Italiana--. Y es sorprendente verificarlo no sólo entre los jóvenes, sino también en los adultos".
"Se conocen las fiestas, se participa en los matrimonios --añade--. Pero no se conoce a fondo la espiritualidad cristiana. Si al mensaje cristiano le falta el fundamento cultural, está claro que las personas inician una búsqueda".
"Creo que hay en la gente una profunda búsqueda religiosa --sigue diciendo el maestro del movimiento espiritual japonés--. Y el interrogante más fuerte que se nos presenta hoy es el relativo a la cuestión de la muerte. Para mí, la muerte era la gran pregunta. Y no tenía necesidad de respuestas teóricas sino de caminos prácticos".
Ducor sugiere a las Iglesias cristianas dos pistas de trabajo: devolver "fundamento cultural" al mensaje cristiano y "hacer conocer el tesoro espiritual del cristianismo para que sea este el mensaje que llegue a las personas".
"La gente tiene necesidad de vida espiritual o, todavía mejor, necesita una espiritualidad vivida --concluye--. El cristianismo tiene en esto un gran tesoro. Pienso en los Padres de la Iglesia y en sus estupendos textos. Pienso en la oración y en la herencia monástica".
http://www.todosuno.org/dianoticias4.htm

viernes, 19 de febrero de 2010

EGOÍSMO INTELIGENTE.

“A veces digo que los budas y los bodhisatvas son los más egoístas de todos. ¿Por qué?
Porque cultivando el altruismo pueden alcanzar la felicidad definitiva”.
Dalai Lama, “Imagínate toda la gente”.
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jueves, 11 de febrero de 2010

ZAZEN... ¿PARA QUÉ?


Zazen, es sentarse sin desear nada. Se habla de eternidad, pero la eternidad según la Vía del Buda es practicar aquí y ahora. Si llego a hacernos entender eso en lo más profundo de vosotros mismos, ¡no viviréis hasta los 50 años en la oscuridad! Pero sino cogéis este punto esencial, no podréis seguir la Vía del Buda. Zazen también es practicar los preceptos aquí y ahora. ¡Ahora! ¡Ahora! ¡Ahora! ¡La vida es una sucesión de "ahora"!

Haciendo zazen, hacéis cuerpo con el universo y la esencia de todas las cosas y en consecuencia estáis sin ego. Cuando abandonáis vuestro ego, encarnáis la paciencia y esto vuelve a decir que zazen es paciencia. Hay que hacer lo que está en la Vía y no hacer lo que no está, eso da bases sólidas a vuestra vida cotidiana y os pide mucha energía. Viviendo de conformidad con la Ley de Buda, lleváis juicios lúcidos y llenos de sabiduría.

(Enseñanzas del Dojo Zen de Francia).

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lunes, 1 de febrero de 2010

LA VACUIDAD BUDISTA


Es difícil escribir sobre la vacuidad, pues es un concepto central del budismo que se alcanza por vivencia, no a través del intelecto. Pero vamos a intentarlo resumiendo de forma lo más sencilla posible lo que han dejado escrito los maestros.

En el budismo la verdad última es la vacuidad. La vacuidad, sin embargo, no es la nada nihilista, sino la carencia de cualquier existencia inherente. La mente se aferra y apega a esa falsa ilusión y proyecta de manera errónea una ficticia existencia inherente a todos los fenómenos y éstos aparecen ante nuestra mente como si existieran de forma independiente, cuando no es así. Meditar sobre esta realidad última es fundamental para despejar la mente de la ignorancia que no nos deja ver la vacuidad tal como es. Los maestros nos enseñan que en el camino de la vacuidad hay dos etapas: La primera consiste en identificar con claridad el modo en que los fenómenos se presentan ante nuestra mente como si existieran de forma propia y cómo creemos con firmeza que esta apariencia es cierta. Este proceso es lo que se llama «identificación del objeto de negación». Para que nuestra comprensión de la vacuidad sea correcta es de suma importancia comenzar con una idea clara de lo que hemos de negar. “La segunda etapa consiste en refutar el objeto de negación, esto es, probarnos a nosotros mismos por medio de varios tipos de razonamientos que el objeto de negación en realidad no existe. De este modo, llegaremos a realizar la ausencia o inexistencia del objeto de negación”.

El Bodhisattva Padmavyuha dijo: "De la creencia errónea en el yo (atman) surge la dualidad yo/ no-yo (atman/anatman). Cuando se conoce la verdadera naturaleza del yo (atman) no surge ninguna idea de yo (atman) ni de no yo (anatman), deja de haber conocimiento y objeto de conocimiento. Esta es la entrada al Dharma de la No-Dualidad."

Como dice Prajñananda: “Vacuidad podría traducirse mejor por 'burbujeidad': los fenómenos son comparables a burbujas que nacen, se hinchan, se deshinchan, o explotan".

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