domingo, 23 de diciembre de 2012

PREJUICIOS Y PERJUICIOS


Siempre comento en mi círculo de amistades que por leer "leo incluso las Páginas Amarillas". 
En el ámbito espiritual debemos comenzar cualquier lectura de forma razonada y libre de prejuicios.
¿Alguien ha leído el Corán? ¿El Bhagavad Gita? ¿El Lam Rim budista? ¿La Torá? ¿Los Aforismos de Patanjali? ¿La Biblia cristiana? 
Cuando hablamos de fe y de creencia nos movemos en un terreno delicado, pues la emoción ciega la visión razonada; tendemos por tanto a defender "mi verdad" por encima de "tu creencia". 
Y peor aún, a juzgar dicha creencia a través del comportamiento de los hombres que la sostienen, ya sea en el presente o en el pasado. 
Ninguna doctrina está libre de culpa. La causa de esta distorsión es el apego a la doctrina misma y no al referente espiritual o de vida que yace en su raíz. 
Si lo que lees te hace más libre y fomenta el mayor bienestar posible con el resto de los seres vivientes, ese es el camino a seguir, se llame como se llame. 
Antes de que construyamos un hecho moral debemos crear un modo ético de razonamiento. 
La ética nace en el interior de una persona, como resultado de su propia reflexión y su propia elección. La moral tiene una base social, normas establecidas en el seno de una sociedad, trata de generar modelos de comportamiento acorde con ella, de ahí su íntima relación con el denominado "hecho religioso". En la ética no hay un valor "impuesto desde el exterior", sino un valor descubierto internamente en la reflexión de un sujeto. 
En la moral predomina el aspecto prescriptivo, legal, obligatorio, coercitivo y punitivo. Por eso no debemos confundir ambos términos. 
Leamos éticamente, con reflexión y alejamiento emotivo. Analicemos si lo que estamos leyendo o hemos leído se ajusta al principio del "bien común" del que he hablado antes. 
Voy a poneros un ejemplo de lectura espiritual y al final de la misma su procedencia. Seguro que vais a descubrir valiosas enseñanzas sin que intervengan los prejuicios, como probablemente ocurriría si antes os indico autor y libro al que pertenecen. 
“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. 
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. 
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.
Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. 
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor”.
(Carta de San Pablo a los Corintios 13, 1-13)
Para muchos de vosotros seguro que ha sido una sorpresa, ¿verdad? Estas deliciosas frases contienen un sentido, una coherencia y una ética por encima de la doctrina de la que procede. 
Las podemos leer una y otra vez y podrían ser rubricadas por un budista o un sufí, ¿no es cierto? 
Aprendamos a leer la esencia que se esconde en el interior de los textos sagrados, sin prejuicios, para hacernos más grandes y más libres. 
"La Verdad os hará libres" (Juan 8:32). 

7 comentarios:

ThrashEr-ick dijo...

Excelente. Felices Fiestas!

Anónimo dijo...


Hola Javier...vuelvo otra vez a reaparecer después de ese cáncer de pecho que ya se fue. Bonita entrada... la verdad es única... es ese latir más allá de religiones y espiritualidades...que nos iguala y une a todos... y nos reconecta con Dios y el espíritu Universal. Es Amor y Sabiduría innatas...

Gracias siempre por estar aqui...
Mis besos y un abrazo en esa nueva etapa sanada para mi.

Carmen

JAVIER AKERMAN dijo...

Felicidades, Carmen. Un abrazo enorme.

Anónimo dijo...

Que buen mensaje...que nos guie siempre el corazón,lo único real es el amor.Bendiciones.

Unknown dijo...

Hola Javier. he descubrido este blog y estoy encantada. estas haciendo un labor, que no tiene precio tan valiosa que es. soy novata en esto siencia y ya me he proporcionado much paz ya que el amor incondicional siempre lo tuve. paso unos ratos agradables lellendo los temas que estas tratando gracias
liya

La Lechuga Pensante dijo...

Saludos Javier,
Hermosa entrada la publicada. Ayer descubrí tu blog y me encantó. Los mensajes son claros e integrativos: sin distinciones de ninguna clase. Es aquel concepto de unidad en el amor, la bondad, la compasión y el entendimiento nuestro anhelo.
Al igual que Lia, hasta hace poco he descubierto lo maravilloso de las enseñanzas de Buda y he decidido seguir este camino.
La luz de Buda sea contigo.
Gracias por tan lindo trabajo puesto en este blog.

JAVIER AKERMAN dijo...

Gracias a todos de corazón por vuestras aportaciones.
Muchas bendiciones.