martes, 27 de octubre de 2009

ACEPTAR LA MUERTE PARA VIVIR LA VIDA.


Los budistas -nos recuerda el maestro Thich Nhat Hanh- instruyen a menudo a sus seguidores acerca de la cercanía de la muerte y hacen hincapié en la importancia de conocer la muerte y tener tiempo para prepararse para su propia desaparición.

¿Cómo nos preparamos para la muerte? Es muy simple, comportándote de una manera responsable, esto será muy bueno y positivo para ti mismo y para los demás.

Esto conduce a la calma, la felicidad y una perspectiva que contribuye a una mente tranquila y controlada en el momento de la muerte.

A través de esta actitud positiva y compasiva de la vida, ser siempre conscientes de la fugacidad de la vida y tener una actitud amorosa hacia todos los seres vivientes en esta existencia transitoria seremos libres de temor. Habiendo llevado una vida responsable y compasiva, cuando se aproxima la muerte nos permite la entrega sin una lucha a lo inevitable y en un estado de gracia que aleja el temor y el miedo. Cuando una persona budista va a morir puede solicitar el servicio de un monje o monja en su tradición particular para ayudar en este proceso, haciendo de la experiencia de la muerte una transición pacífica y libre de miedo.
En las tradiciones budistas el canto en el lecho de muerte es considerado muy importante, al ser lo último que oirá el moribundo. Los budistas creen que puede contribuir activamente y llevar alivio a los miembros de la familia también mediante la asistencia a los moribundos a través de este proceso.
La doctrina budista nos dice que el momento final de nuestra conciencia es de suma importancia, es el momento más importante de todos. Si la persona enferma está en el hospital y sabemos que no puede sobrevivir, la familia debe llamar al sacerdote budista para rezar por la persona amada en el momento final.

Es importante que el cuerpo sea tratado con cuidado y con respeto y que el sacerdote puede ayudar a la mente a que continúe su viaje con calma a los Estados Posteriores.

En el budismo Mahayana y en particular en la tradición vietnamita aconsejan orar por los muertos hasta cuarenta y nueve días después de fallecer, Algunos renacerán después de tres días, veintiún días, cuarenta y nueve días o cien días después de la muerte, y en algunos casos, incluso después de siete años, según el budismo.

Puedes ver también:

www.tantrayana.blogspot.com

www.javierakerman.blogspot.com

www.doctorakerman.blogspot.com

17 comentarios:

María dijo...

Interesante este post, de cómo aceptan la muerte los budistas.

Es difícil aceptarla para quiénes no seamos budistas, porque parece que parte de tí se va con esa persona, para no volverla a ver nunca jamás, es muy doloroso, y me gustaría verlo de otra manera no tan dolorosa.

Saludos.

JAVIER AKERMAN dijo...

Sí, apreciada María, pero en el fondo es un proceso cultural. En Occidente nos enseñan a "no pensar" en la muerte, por eso nos espanta tanto, porque lo la aceptamos como parte de la vida.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Javier, me encantaría que fuera así en la hora de mi retirada, sabes. Morir es una ofrenda es entregar el cuerpo que ocupaste por tu paso en esta vida, por eso es importante nuestro comportamiento como dice tu post, entonces la hora de la muerte es una gran ofrenda de amor, gracias por tu visita, un abrazo.

JAVIER AKERMAN dijo...

Apreciada Queoquina:
Ese debería ser nuestro ideal.
Un fuerte abrazo.

Bertix dijo...

Ojalá fuerámos todos capaces de hablar de la muerte, única certeza en nuestras vidas, tal y como tu lo haces aquí. Ojalá dejemos de tratar la muerte como un tema tabú.

Recuerdo a mi hermana muy malita en su cama en el hospital y nosotros, sus cuatro hermanos, cantándole sus canciones favoritas.

Como siempre un placer y una enseñanza leerte.

Un abrazo!

JAVIER AKERMAN dijo...

Querida Bahhia:
Esa es la gran posibilidad, aceptarla muerte para vivir plenamente.
Gracias por tu visita.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola: muy interesante, y necesario este post de este tema que has tocado,yo asi lo considero.
Desde niña no paraba por las noches de pensar en la muerte, que habra despues y todo eso, la religion, nos contaba cosas y a mi no me cojia en la cabeza. En Fin.
Pues creo que tienes razón: debemos aprender a prepararnos para morir, y hablar del tema tranquilamente, con nuestros seres queridos. Es un paso más, y por ese vamos a pasar todos.
YO NO CREO QUE HAGA FALTA SER BUDISTA O DE OTRA RELIGION, simplemente aceptar que ocurrira, y que NO ES EL FINAL. Luego la vida sigue, y que nos volveremos a encontrar. Yo asi lo creo.
Siento mucho la gente que cree, que una vez muerto no hay nada.

Un abrazo. Y gracias por dedicar tu tiempo, a hacernos llegar todas estas cosas que nos ayudaran.

JAVIER AKERMAN dijo...

Apreciada Luzysolyluna:
Tienes razón querida amiga, no hace falta ser budista o pertenecer a ninguna religión para prepararse adecuadamente para la muerte.
Gracias por tu apoyo.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

El miedo a la muerte es el disfraz del miedo a la vida..

http://www.youtube.com/watch?v=RE47rXYjVGE&feature=related

Es interesante lo que dice Panikkar en ese video.

Yo creo q morimos a cada instante..si no hay sujeto, mi yo de hace un minuto no es el mismo que mi yo de ahora. Lo que ocurre es que mi yo de ahora comparte la memoria con el de hace un minuto y se identifica con él. Yo creo que somos sólo acción. La angustia por desaparecer se podría superar si uno piensa que no hay nada que pueda desaparecer. Nuestro verdadero yo sólo existe AHORA, y por tanto, es inmortal. Como dice Alan Watts...¿dónde va el puño cuando abro la mano?

"La muerte no es nada para nosotros, cuando nosotros estamos, ella no está, y cuando ella está nosotros ya no estamos" (Epicuro).

Claro que, el problema no es la muerte, es el sufrimiento, el miedo, etc... y por otra parte, la muerte de los seres queridos.


Tengo entendido que en el Tibet dan el cadáver a los buitres...



Saludos

JAVIER AKERMAN dijo...

Interesante reflexión. Gracias.
En algunas zonas de Tíbet los buitres son los encargados de descarnar a los fallecidos. Es una forma "extrema" de demostrar la impermanencia, el desapego y la ilusión de un yo personal.
Un cordial saludo.

Vienna dijo...

Como siempre muy interesante. Encuentro que la muerte, por mucho que se hable de ella, sigue siendo un pensamiento tabú para la mayoría de nosotros. La pensamos como algo que pasa a 'otros'. He trabajado en hospitales durante 14 años y he visto a mucha gente morir. A veces creo que he procesado estas vivencias, que me han hecho de algún modo mejor, a veces creo que no. Perder el miedo y poder aceptarnos como mortales (pero de verdad creérnolo)es una tarea que exige un gran corage. Supongo que esa es la meta. Hacia nosotros y hacia los demás. Erradicar el miedo porque, al fin y al cabo, no tiene sentido.

JAVIER AKERMAN dijo...

Gracias Vienna, por tu intimista y sincera opinión.
Un fuerte abrazo.

Ricardo Tribin dijo...

La vida, la muerte, el mas alla; la vida despues de la vida, todo ello lo compendias, mi dilecto y admirado amigo Javier en compendios espirituales y profundos como este.

Fraternal abrazo para ti.

JAVIER AKERMAN dijo...

Gracias mi buen amigo Ricardo.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

luz
LA MUERTE ES VIVIR POR SIEMPRE,DEJAMOS LA CASCARA PERO COMO DICE WILLIGIS JÂGER..LA VIDA NO TERMINA NUNCA.SOMOS LA OLA DEL MAR SIMPLE REGRESAMOS AL ORIGEN PRIMERO.

Unknown dijo...

Y algún fallecimiento te ha impactado especialmente?, si es que puedes.contarlo

JAVIER AKERMAN dijo...

Todos, querida Rocío. Pero especialmente el de una joven de 17 años en un hospital. Su madre además era viuda y su hijo había fallecido también en accidente automovilístico.
Un saludo cordial.