martes, 28 de julio de 2009

EL BOTE.


Un hombre estaba remando en su bote, corriente arriba, durante una mañana muy brumosa. De repente vio que otro bote venía corriente abajo, sin intentar evitarle. Avanzaba de forma tan directa hacia él que comenzó a gritar:
- “¡Cuidado!¡Cuidado!”, pero aún así, el bote le dio de lleno, y casi lo hizo naufragar.
El hombre estaba muy enfadado y empezó a gritar a la otra persona, para que se enterara de lo que pensaba de ella. En ese momento pudo observar el bote más de cerca. Fue precisamente allí donde se dio cuenta que estaba vacío.

(Thich Nhat Hanh, maestro zen vietnamita).

16 comentarios:

Fael·lo dijo...

Que bueno es el texto!!!!
Y cuanta verdad dice... no nos damos cuenta y echamos la culpa de todo lo que nos ocurre en nuestra vida a los demás y no somos conscientes de que nuestra nave la manejamos nosotros y solamente nosotros.

Me ha gustado mucho.

Un abrazo fuerte!

Bertix dijo...

Tremendo!

No sabes cuánto bien me hace leerte.

Un saludo.

JAVIER AKERMAN dijo...

Apreciada Bahhia:
Este cuento zen siempre me ha hecho reflexionar muchísimo.
Un fuerte abrazo.

JAVIER AKERMAN dijo...

Querido Fael-lo:
Sí, es un cuento magnífico y cada vez que lo leo me sigue gustando.
Un fuerte abrazo.

José Barroso (Coaching para Todos) dijo...

Si me permites sacaré una enseñanza adicional: A veces queremos protegernos a nosotros mismos pidiendo a los demás que se aparten de nuestro camino, en lugar de ser lo suficientemente flexibles como para trazar el nuestro propio y rectificar.
Abrazos

JAVIER AKERMAN dijo...

Una buena acotación, José.
Gracias.
Un fuerte abrazo.

María dijo...

Me gusta mucho este texto, nos hace reflexionar, me gustan las fábulas, en él podemos darnos cuenta que no todo lo que nos falla es por culpa de los demás, debemos pensar que somos nosotros quizá los que fallamos, tenemos que aprender a reconocer nuestros errores.

Salu2.

JAVIER AKERMAN dijo...

Gracias María, de eso se trata. A mi me encantan este tipo de cuentos zen.
Un abrazo.

Vienna dijo...

Hace un rato que he leído el relato y aún sigo pensando... Me ha encantado.

JAVIER AKERMAN dijo...

Gracias Vienna, es un placer tu visita.
Un abrazo.

Vienna dijo...

Gracias por tu visita a 'Writing in Spanish'. He contestado a tu comentario allí, pero he pensado que me gustaría pasarme otra vez por 'tu casa' para decirte que me encanta tu blog. Enseguida me llamó la atención el pequeño texto bajo el título ¡y los posts no me han defraudado! He visto que también escribes otros blogs, ahora les echo un vistazo. Estudié filosofía budista en la universidad (hace ya siglos) como asignatura y estoy muy interesada en el tema. Tengo ganas de saber más. ¿Alguna recomendación, lectura, etc? En septiembre empiezo un curso en Manchester para ser profesora de yoga. Seguro que voy a aprender mucho en tus páginas. Gracias por la luz que infundes con tus palabras.

JAVIER AKERMAN dijo...

Estimada Vienna:
Acabo de contestarte en tu blog.
Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Cuando tomo conciencia de mis actos, palabras y pensamientos, no puedo seguir apuntando con el dedo a los demás, y comienzo a estar en una vigilancia continua que me permite entender que toda emoción es pasajera, gracias por tu entrada.

JAVIER AKERMAN dijo...

Gracias a ti Queoquina.
Son un placer tus reflexiones y la visita al blog.
Un abrazo.

María dijo...

Hola, Javier, estoy visitando todos tus blogs, para ver qué puedo encontrar nuevo, me quedo entre tus blogs, leyendo posts anteriores porque los últimos ya les he leído.

Saludos.

JAVIER AKERMAN dijo...

Gracias María. Esta semana hay "renovación".
Un abrazo.