-“Si para continuar tu práctica espiritual necesitas casarte, hazlo entonces”.
-“Si no necesitas casarte para hacerlo, no te cases.”
Una vieja mujer iluminada permitió que un joven monje célibe ocupase una choza dentro de su propiedad proporcionándole dos comidas diarias. Pasados tres años decidió averiguar qué progresos había hecho el joven monje. Cuando su atractiva nieta la visitó, dijo a esta: Lleva hoy la comida al joven monje y rodéale con tus brazos. Luego le preguntas sonriendo dulcemente, ¿”cómo te hace sentir esto?” y después vuelve y relátame lo sucedido. El monje, según posteriormente contó la muchacha, rechazó su ofrecimiento sexual mostrando su seca represión. La anciana, tras oír a la muchacha, incendió la choza.
¿Cual es vuestra opinión sobre este texto tradicional zen?
17 comentarios:
Sinceramente, da por pensar. Es una gran reflexión que en esos momentos me veo incapáz de relatar con exactitud. Todo es símbolico y muy sutil. La choza podría representar tu personalidad, la parte material, después, si hay mucho más...
Un abrazo.
no aferrarse ni tan siquiera al Dharma esa es la clave, como bien explica este cuento
un abrazo
Creo que el monje había entrado en una zona de confort (como nos sucede a todos). El cambio es parte de la vida, no hay que negarse a él.
Por otra parte, si vamos a perder el equilibrio, ¿por qué no hacerlo por amor?
Qué bueno! Muchas gracias...
El monje ya habia cumplido su cometido...: retirarse y pasar la prueba. Después de eso... ella lo habia cumplido también: alojarlo y ofrecerle su hospitalidad .Sólo quedaba desprenderse de ese contexto... para no morir en él, para no petrificarlo como un objetivo cumplido, aunque en cierta manera lo era, se habia hecho parte deese camino.
Tiene su cosa...si, Javier. Desapego...
Un beso... te dejo.
El joven se negó a sentir y la vida sin sentir no es vida. Venimos a sentir y a abrirnos
Un hermoso relato, Gracias!!! Pensando en su Santidad el Dalai Lama y el concepto de la "compasion" siento que el monje no fue nada compasivo con la chica. Entonces su trabajo realmente no servia porque si no eres compasivo con los demas no te puedes liberar del samsara. Por eso era necesario quemar la choza, para que comenzara de nuevo. Y de hecho este era un acto compasivo para con el monje.
Un hermoso relato y enseñanza, Gracias!!! Pensando en su Santidad el Dalai Lama y el concepto de la "compasion" siento que el monje no fue nada compasivo con la chica. Entonces su trabajo realmente no servia porque si no eres compasivo con los demas no te puedes liberar del samsara. Por eso era necesario quemar la choza, para que comenzara de nuevo. Y de hecho este era un acto compasivo para con el monje.
Un hermoso relato, Gracias!!! Pensando en su Santidad el Dalai Lama y el concepto de la "compasion" siento que el monje no fue nada compasivo con la chica. Entonces su trabajo realmente no servia porque si no eres compasivo con los demas no te puedes liberar del samsara. Por eso era necesario quemar la choza, para que comenzara de nuevo. Y de hecho este era un acto compasivo para con el monje.
Es curioso como cada uno de nosotros tiene su propia manera de ver las cosas. Si yo fuese la anciana, quemaria la choza para que el joven celibe siguiera su camino, por que ya habia superado esa ( prueba-obstaculo)y ya no tenia sentido seguir alli.
Creo que , en el cámino único e individual de cada ser , aquel joven había convertido la vida en la choza en un santuario para la dualidad.
Aquella mujer iluminada no hizo sino liberarlo de aquella ilusión a fin de favorecer una crisis/oportunidad de continuar su evolución.
No fué su negativa sino la dureza de ésta la que señaló su debilidad.
Un saludo a todos.
Lo único que la choza hacía era reforzar las ideas que lleva consigo. La meditación no es una choza donde ocultar los pensamientos.
La choza para mi expresa el encierro, la practica espiritual no es una choza sino una apertura para dejar fluir el espiritu, sin represion, ni culpas.
no me he enterado, y creo que significa lo que cada uno quiere que signifique, un gran saludo.
era un monje muy joven
Cuantos comentarios, cuantos espejos reflejándose unos a otros. Nada importa, todo pasa: la vieja, la joven, el monje, la choza, tú, yo, la vida...
El monje estaba listo para partir
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