Y ahora meditemos analíticamente esto: ¿Cual es el camino que evita estas dos tragedias?
7 comentarios:
Anónimo
dijo...
Desapegarnos de la consecución de los logros... de la ilusión de ser alguien que debe conseguir algo. La experiencia de la vacuidad nos da esa respuesta de la experiencia más allá de toda consecución y logro...
Liberarnos de esos dharmas mundanos... y establecernos en nuestra naturaleza primordial... el Budha siempre presente y esencial.
El apego y el deseo de tener cossas metiales lleva a la dependencia. por lo tanto a una ilusión de felicidad , no a real y plena felicidad y estoy de acuedo con lo que dice ver con los ojos del corazón. maria graciela
Totalmente de acuerdo con Ver con los ojos del corazón, no podía tener más razón -y lo expuesto a continuación en nada modifica eso-, sin embargo el hecho de que no hay darmas mundanos también es cierto.
Dado que el deseo constituye la esencia del hombre y que desear es esencialmente sufrir, el sufrimiento es prácticamente inevitable. Lo deseable sería precisamente no desear, para no tener que sufrir.
7 comentarios:
Desapegarnos de la consecución de los logros... de la ilusión de ser alguien que debe conseguir algo. La experiencia de la vacuidad nos da esa respuesta de la experiencia más allá de toda consecución y logro...
Liberarnos de esos dharmas mundanos... y establecernos en nuestra naturaleza primordial... el Budha siempre presente y esencial.
Mil gracias... y mis besos, Javier.
el Buda nos advierte del peligro del apego....gracias por recordarnoslo con tu entrada Javier
un abrazo
El apego y el deseo de tener cossas metiales lleva a la dependencia. por lo tanto a una ilusión de felicidad , no a real y plena felicidad y estoy de acuedo con lo que dice ver con los ojos del corazón.
maria graciela
Liberarnos de las cadenas que nos atan, así como de nuestros miedos.
Un beso.
Buenas reflexiones, buen blog. Me alegra haberlo encontrado, iré volviendo... :)
Totalmente de acuerdo con Ver con los ojos del corazón, no podía tener más razón -y lo expuesto a continuación en nada modifica eso-, sin embargo el hecho de que no hay darmas mundanos también es cierto.
Dado que el deseo constituye la esencia del hombre y que desear es esencialmente sufrir, el sufrimiento es prácticamente inevitable. Lo deseable sería precisamente no desear, para no tener que sufrir.
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