martes, 18 de noviembre de 2008

BUDISMO Y CRISTIANISMO: TODO ESTÁ PRESENTE


Mi admirado Maestro Budista Thich Nhat Hanh, cuando hablaba de la relación entre Cristo y Buda, dejó escritas estas maravillosas frases que son un bálsamo lleno de coherencia. Si las leéis con atención, en actitud meditativa, os puedo asegurar que os darán un poco de paz y calmarán las agitadas aguas de la mente.

Todo existe ya, sólo hay condiciones:
Todo y todos moramos en el nirvana, en el Reino de Dios. Un campesino que observa sus tierras en invierno ya puede ver la cosecha, porque sabe que todas las condiciones están presentes: tierra, semilla, agua, fertilizante, equipo y demás, excepto una, el tiempo cálido, que será algo que aparezca en cuestión de meses. Así pues, sería inexacto decir que la cosecha no existe. Ya está ahí. Sólo necesita una condición más para manifestarse.
No-apego a las definiciones.
En la tradición budista, la experiencia religiosa es descrita como despertar (bodhi) o sabiduría intuitiva (prajña). No es intelectual, ni está hecha de nociones y conceptos, sino de la clase de comprensión que conlleva más solidez, libertad, gozo y fe. Para que el despertar genuino sea posible, debemos aprender a abandonar nociones y conceptos sobre el nirvana y sobre Dios.
Naturaleza interna de Buda: Semilla Divina dentro de cada uno:
Esta semilla de atención vigilante es la presencia de Buda en nosotros, llamada naturaleza búdica (Buddhata), la naturaleza de la iluminación. Los cristianos dicen que Dios mora en el corazón de todos. El espíritu Santo puede ser descrito como una presencia constante en nuestros corazones en forma de una semilla. Cada vez que rezamos o invocamos el nombre del Señor, esta semilla se manifiesta como la energía de Dios. (
Atención queridos lectores del blog, esto lo dice...¡un maestro budista! Como podéis ver esto es unir y no separar).
Puntos comunes de la religión: La conciencia de estar vivo:
El cristianismo es una especie de continuación del judaísmo, al igual que el Islam. Todas las ramas pertenecen al mismo árbol. En el cristianismo, cuando celebramos la eucaristía, compartiendo el pan y el vino como el cuerpo de Dios, lo hacemos en el mismo espíritu de piedad, de atención vigilante, conscientes de que estamos vivos, disfrutando de morar en el momento presente.
Paz y cristianismo: Ser hijo de Dios:
En el sermón de la Montaña, Jesús dijo: «Bienaventurados sean los pacíficos, porque ellos serán llamados los hijos de Dios». A trabajar en pro de la paz se debe tener un corazón en paz. Cuando es así, se es un hijo de Dios. Pero muchos de los que trabajan por la paz no están en paz. Todavía sienten rabia y frustración y su trabajo no es realmente pacífico.
Queridos amigos, el Maestro Nhat Hanh nos ilumina verdaderamente y nos habla al corazón desde nustras creencias religiosas, sin forzarnos a cambiar nuestras creencias, simplemente haciéndonos experimentar la profunda realidad de la experiencia personal, con el máximo respeto y sensibilidad.
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