lunes, 1 de octubre de 2007

EL ZEN EN LA VIDA DIARIA


"El Zen no puede conocerse por ningún tipo de imaginación, palabra, escritura, o explicación; debe ser vivido personalmente. Por ejemplo: si a un ciego de nacimiento se le quiere explicar qué es una flor blanca, no podría entenderlo. Alguien podría decirle que es blanca como la nieve; esta persona tocaría la nieve y diría "¡Qué frío es el blanco!". Al decirle que es blanca como un ganso, tocaría un ganso y diría "¡El blanco es como un pájaro!". En realidad es muy difícil explicar a un ciego de nacimiento lo que es un color; en cambio habría que buscar una solución para su problema." (Maestro Sheng-Yen Fa Shih).


El Zen no es explicable por palabras: se comprende tras una vivencia propia.
Si usamos las palabras necesitamos utilizar la lógica, que es producto de la actividad mental, la cual no es totalmente capaz de comprenderlo. Los filósofos utilizan la lógica usando razones convincentes para ser aceptados. En la religión no se puede. Muchas experiencias religiosas han sido vividas en distintas partes del mundo, como las apariciones de las Vírgenes. Quienes no lo vivieron no pueden creerlo con un 100 % de certeza: lo tendrían que aceptar con fe.


El Zen no puede explicarse, hay que experimentarlo vivenciándolo.
Si tomo agua: ¿alguien sabe realmente qué estoy tomando? Puedo decirle que está caliente, pero... ¿alguien sabe cuál es su temperatura? Aunque afirme que son 80° C, ustedes no saben cuánto calor es. También puedo decir que es un poco salada. Ustedes pueden imaginar lo que yo digo, pero lo mejor es probarlo personalmente. Aunque diera muchas explicaciones, no lo comprenderían. La teoría lógica no lo puede explicar, sólo puede transmitir algún aspecto del que sólo entenderán algo aquellos que compartan el mismo idioma y el significado de los términos usados.
La experiencia absoluta debe ser vivida personalmente.
Muchos dirán que son monjes aquellos que viven en un monasterio; entonces ratas, cucarachas, moscas, etcétera también serían monjes porque viven en monasterios también. Muchos laicos conviven con monjes en los monasterios, pero ellos no saben bien qué es ser monje. El Zen es una experiencia, que trasciende el tiempo y el espacio; no los supera, los trasciende; no se los puede superar porque son parte de nuestra vida. La experiencia del tiempo y del espacio es confusa. El pez en el agua no se da cuenta del agua en la que está inmerso. Uno no es tan consciente de su movimiento en el espacio a cada momento, ni siquiera percibe bien cómo transcurre el día. Cuando estamos angustiados el tiempo parece interminable; si alguien experimenta algo desagradable, uno quiere ayudar y parece que el tiempo no alcanza. Al llegar el fin del día, muchos dicen: “¡Al fin!”, como si terminaran una lucha contra el tiempo. No nos damos cuenta del espacio, salvo cuando el movimiento se nos limita. Un taiwanés puede decir que en Buenos Aires hay muchos espacios verdes; en cambio, un bonaerense se queja por la falta de espacios verdes. Para el Zen, la comprensión tiempo-espacio debe ser muy clara. La trasciende. Al hacerlo, largo o duración son iguales, un grano de arena o un montaña son iguales, no afecta, no hay diferencia entre ellos.

PRINCIPIOS BÁSICOS DEL ZEN:

1) Conducta pura:
Para un iluminado, bueno y malo son lo mismo. Para quienes practican Zen, la pureza es importante. Pureza implica:
* demostración de ella a través del cuerpo.
* de la conducta mental.
* del habla

2) Tranquilidad en la vida
* En el aspecto verbal –no alborotar.
*En el aspecto mental –no poseer ansiedad.
* En el aspecto corporal –no usar la violencia.
En medio del tránsito pesado surgen ansiedades, nervios, las personas manejan a gran velocidad porque aprecian el tiempo hasta el último segundo; por eso están intranquilos. Muestran violencia de acción y o palabra al no soportar a ciertas personas o acciones.
3) Vida segura
Comprendiendo el Zen tendremos seguridad en nuestra vida. La gente se caracteriza por la falta de seguridad. Se pone nerviosa, se altera, teme; vivir se torna inestable. No hay en este mundo algo realmente seguro. Podemos prevenir, pero no detener con seguridad los desastres. Según el Zen, sabemos que estos riesgos son naturales, entonces no hay razón para preocuparse. Los que más se preocupan y temen suelen morir más temprano. Muchos compran armas, pero esto no les garantiza su seguridad; podemos decir que los pone en más peligro.
4) Vida estable
La inestabilidad laboral, familiar, matrimonial, todas pueden subsanarse con postura y posición firme, y con autoconocimiento. Debemos saber hacia dónde nos dirigimos, sin necesidad de un meta fija. Hay que mantener una cierta postura aunque no sepamos qué hacer; comprender cómo somos y cuáles son nuestros límites. Sin una clara dirección, nosotros equivocamos el camino o vamos en círculos. Si mantenemos una dirección y vamos en ella rápido o despacio, llegaremos igual. Debo saber qué quiero. ¿Hasta dónde llego?..., ese es otro punto. Algunos poseen una capacidad innata (por ej: para el canto), quienes no la tienen y quieren seguir el canto, tendrán un gran problema, pero con una buena guía y una dirección firme y clara, pueden obtener grandes logros.
5) Tener una conciencia clara y libre
Implica que nuestras expresiones y demostraciones de afecto sean autocontroladas libremente; no hay que apegarse a tener, ni sufrir por perder. Si el medio lo permite, desarrollaremos nuestras esperanzas; si no es así, debemos esperar nuevas oportunidades para satisfacer nuestras expectativas. En la vida hay altibajos, éxitos y fracasos. En cierto tiempo un monje encontró ladrones en su camino, quienes le preguntaron si tenía dinero; él les dijo: “¿Qué pretenden?”. La respuesta fue: “El dinero o la vida”. El maestro dijo que prefería conservar su vida y darles el dinero. Ante tal respuesta los ladrones sonrieron por la forma tan fácil en que obtenían dinero, entonces decidieron perdonarlo. Sin pensarlo, el maestro aprovechó el ambiente y les pidió colaboración para un templo que estaba construyendo. Ante semejante pedido, el jefe de la banda encolerizó y le dijo: “Usted no conoce sus límites, le quitaré su dinero y la vida, usted no sabe que vivimos de esto”. La respuesta fue: “Muy bien, ya estoy cansado de la existencia. ¡Quíteme la vida!”.
Para el Zen, obtención y pérdida deben ser indiferentes. El jefe se conmovió ante tal desapego a la vida y se dio cuenta de lo bueno que es ser un monje, sin preocuparse por el dinero o la vida, y en ese momento decidió ser un monje él también. (Versión del Maestro Sheng-Yen en su versión escrita original).

METODOLOGÍA ZEN:
1 –Observar las actitudes propias.
Examinar y conocer lo que hablamos y lo que hacemos. Por ejemplo: Alguien habla por teléfono y a la vez está observando atentamente la puerta en espera de un amigo que llega. De esta forma no sabe realmente lo que dice y lo que le dicen. A veces no sabemos qué hablamos o hacemos: Eso es ser irresponsable. O por ejemplo, alguien conversa y a la vez está leyendo; presta más atención a una cosa que a otra, entonces así puede prometer algo que quizás después no recuerde, a la vez que probablemente almacena en su memoria una información errónea.
2 –Observar el pensamiento propio.
Hay que saber qué se está pensando; al no hacerlo llegamos a perder el tiempo. Nuestra actividad mental debe ser estable, segura y tranquila.
3 –Convocar la atención de nuestro pensamiento.
Lograr que no se focalice en el mundo externo. El factor ambiental a veces trae desequilibrios orgánicos. Nos alegramos ante los elogios y nos enojamos ante las críticas. A veces ni siquiera es verdadero alguno de los dos. Al desequilibrar nuestro pensamiento por influencias externas, debemos llamar su atención.
4 –Capacidad de dejar de darle importancia al cuerpo y al entorno.
La vida está llena de altibajos a los que no hay que prestar demasiada atención; ni a la felicidad, ni a la tristeza; siempre hay que estar igual sin afectarse por los altibajos. En el cáncer, por ejemplo, es muy importante desviar la atención de quien lo padece. El cáncer no significa muerte, hay que convencer a quien lo padece de que no debe tener miedo a morir. Mucha gente a la que se le pronosticaba unos días o semanas de vida, ha vivido y vive muchísimo más de lo previsto por los médicos. Además la vida es impermanencia, todo es impermanente.

LA VIDA COTIDIANA ES ZEN:

1 –Tener una actitud objetiva de la vida.
El que siente es el cuerpo; si lo tomamos en forma objetiva, no subjetiva, como si fuera de otro, tendremos tranquilidad. Hay que vivir con sabiduría y tranquilidad.
2 –El Objetivo de la vida es un proceso activo de la vida.
Debemos tener una dirección en esta vida, pero no necesariamente un objetivo. Esto no significa no avanzar hacia nada fijo. En la historia del conejo y la tortuga, el primero descansaba y el segundo avanzaba en forma lenta pero constante. El Zen no comparte ninguna de las dos posiciones, no usa la competencia. Cada uno debe avanzar lo que puede. Ese es nuestro objetivo: Avanzar según nuestro ritmo y nuestra velocidad.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, soy un JOve interesado en este campo, poer carezco de esperiencia y aun tengo una serie de dudas, que nose como enfocar.
Muchas Gracias, y si se necesita contactar conmigo contacte en kst013_pn@hotmail.com.
Denuevo Gracias

JAVIER AKERMAN dijo...

Estimado Jose:
No dudes en escribirme, estaré dispuesto a contestar a tus dudas.
Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Gracias por el Apollo, mis dudas se adentrar n ya lo religioso, lo que se podria denomir como el camino Zen, es el enfoque que quiero dar a una vida, mi vida, pero e sido educado en una fe catolica, y aun queriado pensar en otra cosa creo en aglo, lo cual me empujo a la duda de puedo practicarlo creyendo en dios,, la busqueda de la iluminacion, se relaciona a lo mismo un dios
llamado de otra menera el estado de bienestar absoluto, esa es mi primera duda, gracias por escucharme y espero vuestra respuesta.
Saludos

kst.hearth@gmail.com

Anónimo dijo...

Bueno, gracias por prestarme su atencio, pero a havido una pequeña confusion, en mi aterior comentario quise poner Joven no Jove, mi nombre en Cástor, como esta arriba de la mitilogica griega. BUeno una de mis dudas y de las que me llega mas de cabeza
es la compativilidad de un cojen de 18 años con la practica del zen, y mas aun siendo educado en un fe catilocia, por la caukl aun mantengo una creencia en dios. Esta es mi duda, Tanto el zen como la religion catolica, buscan el estado de bienestar absoluta, ya poder llamarlo iluminacion o Dios, lo que me gustaria saber es, si aun crellendo no es un incombeniente para farmar parte en la filosofua Zen.
Muchas Gracias por su antencion
y un fuerte abrazo
kst.hearth@gmail.com

JAVIER AKERMAN dijo...

Hola Castor:
No hay inconveniente en creer en Dios y practicar Zen, en absoluto.
Suelo conestar los post cuando puedo, pero no inmediatamente porque tengo mi trabajo. Ruego paciencia porque siempre contesto, ruego lo entiendas.
Un crodial saludo.

Anónimo dijo...

entonces ya as aclado mi principal duda y la que consideraba un muro para comenzar, muchas gracias, pos presarme esta atencion al contestar los post, ahora solo tengo que empezar a leer mas e infomrarme ¿alguna recomendacion para emepezar?, ya que ahora el camino esta mas claro, Gracias
un fuerte abrazo

JAVIER AKERMAN dijo...

Hola Cástor:
Para comenzar le recomiendo que asista a algún seminario o clase con un instructor si es posible. También hay clases de budismo zen en Internet, como el de la Comunidad Budista Soto Zen, que ofrecen un curso de formación online: www.estudiosbudistas.org/
Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Hola Javier, enhorabuena por tu blog. Se me presenta una duda
¿Cómo se puede vivir con amor y no tener apego? ¿Cómo se puede no tener apego a tus hijos, a tu mujer o a tu vida?
Saludos

JAVIER AKERMAN dijo...

Apreciado Xavi:
Amar no significa apegarse a alguien. El verdadero amor (a la mujer, a los hijos, a la familia...) es precisamente lo contrario, amar sin ataduras que constriñen y limitan. No es fácil, pero la meditación y las prácticas budistas son un camino que nos puede ayudar a eliminar los apegos. Apego es dolor, es sufrimiento.
Gracias por tu visita.
Un fuerte abrazo.