domingo, 27 de diciembre de 2009

MORALIDAD Y ÉTICA BUDISTA.

El budismo, por lo tanto, es moral y no autoritario. Esto no significa que un maestro budista no tenga buenos consejos que ofrecer. Es, simplemente, que la moralidad no es cuestión de culpabilidad y castigo, sino de acción y consecuencia y de percepción del proceso. Si vemos lo que hacemos en toda su plenitud, la moralidad no es cuestión de culpabilidad y castigo, sino de acción y consecuencia y de percepción del proceso. Si vemos lo que hacemos en toda su plenitud, la moralidad llega de forma natural.

NUEVO BUDISMO. Guía básica para una nueva forma de vida. Autor: David Brazier. Editorial: Oberon. Madrid (2001), p. 152.

domingo, 20 de diciembre de 2009

EL AMOR INCONDICIONAL.


¡Cuánto se ha hablado del amor! Amor físico, amor sexual, amor fraternal, amor espiritual… Pero el amor incondicional quizá sea la expresión más sublime que desplaza la satisfacción producida por la acción de “amar” por la renuncia sin objeto ni deseo recíproco hacia el ser amado. Y uno de los que mejor describen en pocas palabras la magnitud de este sentimiento es Matthew Flickstein, que se ordenó como monje en la tradición budista Theravada y que en la actualidad dirige retiros budistas y documentales televisivos.

En 2007, Flickstein se embarcó en un ambicioso proyecto para producir una serie de películas documentales para promover la espiritualidad y la paz. El primero de ellos se titula "Con una voz". El programa documental entrevista a místicos y líderes espirituales de quince diferentes tradiciones religiosas para intentar descubrir la verdad común en todas ellas. En 2009, la película, coproducida por Canyon Productions, Inc., ganó dos Telly Awards de bronce, algo inédito en el mundo del cine de estas características. He aquí su definición de “amor incondicional”:

“El amor incondicional es una expresión de amor que no se basa en sentimientos placenteros. Es ilimitado. Cualquiera que sienta amor incondicional hacia una persona, puede experimentar su presencia, y quien lo expresa se convierte en una persona amorosa. Es similar a una flor que emite su fragancia, independientemente de la “valía” de quienes la huelen”. (Matthew Flickstein, Viaje hacia el centro).

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sábado, 12 de diciembre de 2009

ALGUNOS CONSEJOS BUDISTAS DE SANGHARÁKSHITA PARA PADRES.


En una sociedad en crisis, donde la educación de los hijos juega un papel fundamental, el budismo nos puede orientar en la forma adecuada de hacerlo. A lo largo de éste y de las siguientes entradas iremos dando algunas claves de la mano de Sangharákshita, que pueden ser una fuente de reflexión para padres y educadores. Este es el denominado “budismo comprometido”, como en su momento lo hizo el maestro vietnamita Thich Nhat Hanh protestando contra la guerra de Vietnam. Es el budismo “fuera de los templos”, que trae válidas respuestas para la vida cotidiana, sea uno o no practicante budista.
Restringe la televisión

Es difícil, por no decir imposible, mantener un estado mental claro y positivo –mantener la atención consciente, diría el budista- al menos que hagas algo que limite la medida en que absorbes todo el estimulante bombardeo de información de la vida moderna. Y, por supuesto, hoy en día mucho de este viene de la televisión. Hay un gran debate en marcha sobre si hay o no una conexión causal entre la violencia tal y como se ve en la televisión y la violencia en el hogar y en las calles. Algunos expertos dicen que no hay una conexión real, otros que si que la hay y a la persona corriente le es muy difícil saber la verdad del asunto.

Pero desde el punto de vista budista podemos estar seguros de una cosa: Resulte o no en violencia real, la violencia vista en televisión ciertamente no mejora el estado mental del espectador. Pasar varias horas cada semana, o incluso cada día, viendo programas cuyo contenido es en gran medida violento, sólo será en perjuicio del estado mental, ya sea uno adulto o un niño receptivo y susceptible.

Habrá quien diga que los niños tienen derechos, incluido el derecho de ver la televisión cuando les plazca. Pero como ya he mencionado en otra ocasión, pienso que es mejor no expresarse con el lenguaje de los derechos, sino, en su lugar, pensar en términos de deberes. Los padres –y los padres budistas en particular- tienen el deber de restringir lo que ven sus hijos la televisión.

La restricción no sólo ha de aplicarse a lo que ven, sino también al tiempo que pasan sentados frente al televisor. En estudios se ha demostrado que muchos niños en Occidente padecen de obesidad. Esto, en parte, es debido a dietas insanas –el tema de mi siguiente punto- pero también a que no hacen suficiente ejercicio. Y no hacen suficiente ejercicio porque, según parece, es más interesante apalancarse frente al televisor. Experimentos han mostrado que ver la televisión también perjudica a la imaginación –esencialmente, mientras uno recibe pasivamente lo que los productores de televisión deciden presentar, simplemente no tiene que hacer uso de su propia imaginación.

Restringir ver la televisión será, por supuesto, difícil. Una madre budista que conozco dice que sus hijos sentían que se les privaba de algo por no tener televisor en casa, pues les hacia sentirse diferentes a todos los demás niños en la escuela, ya que no podían participar en discusiones sobre lo que los demás habían visto la noche anterior. Al final, la madre, si bien poco dispuesta, tuvo que ceder a su continua insistencia, aunque consiguió restringir en cierta medida lo que veían la televisión. Obviamente, operan en esto cuestiones potentes. No obstante, uno ha de mantenerse firme en este asunto.

Que sus niños lleven una dieta sana

Este punto podría parecer obvio, pero, de nuevo, las condiciones actuales están en contra. Viviendo en la ciudad, como yo vivo, y manteniendo los ojos bien abiertos, una de las cosas que se ve es niños comiendo por la calle. Por supuesto, lo que comen normalmente es comida basura: Chocolate, helados, hamburguesas y patatas fritas. Los padres deben hacer lo que puedan para combatir esta costumbre tan corriente. No hay necesidad de seguir las últimas tendencias dietéticas o ser fanáticos, como lo éramos en los años sesenta cuando todos seguíamos la dieta macrobiótica. Pero quien cocine en la familia deberá tratar de darle una dieta equilibrada y hacer que se desista de los snacks entre comidas.

Debemos, por supuesto, procurar que nuestros hijos no fumen. Otra cosa que he notado cuando voy por la calle es que muchos niños en edad escolar fuman. Los veo cuando salen de la escuela –no tendrán más de doce o trece años- sacar el paquete de cigarrillos y encender uno. Luego, de nuevo, los padres budistas deben mantenerse firmes con sus hijos cuando estos llegan a esa edad en particular.

Esto era muy distinto cuando yo era niño. Ni siquiera se me había ocurrido fumar a esa edad, pero cuando cumplí los dieciséis años mi padre me dijo: “hijo, tienes dieciséis años. Puedes fumar si quieres.” Sin embargo, no lo hice –no hasta que fui alistado en el ejército. Incluso entonces, fumé sólo durante poco tiempo, porque no me gustaba y no he fumado desde entonces. Es desalentador ver que chicos y chicas tan jóvenes han adquirido ya el hábito de fumar. Luego, por favor, trata de que tu hijo no fume –bueno no simplemente trates, impídeselo. Ejerce tu autoridad paternal, o maternal. Sé que tal autoridad ha sido hecha trizas hoy en día, pero los lastimosos trozos que te queden de ella, ejércelos en lo que en este punto nos concierne.

Socializa a tu hijo

Este es un punto sobre el que quiero insistir. Tus hijos no te pertenecen a ti sólo. No son simplemente miembros de tu familia. Ellos son, o serán, miembros de la sociedad, parte de una comunidad más amplia, y han de ser educados, incluso entrenados, de modo que puedan funcionar de un modo positivo como miembros de la sociedad. De nuevo, esto trae consigo el ejercicio de cierta disciplina. Por ejemplo, los niños deben ser educados para que respeten la propiedad ajena y para que tengan en cuenta los sentimientos de los demás. De otro modo, lo pasarán muy mal en el mundo más adelante. Puede ser que tú aguantes rabietas, mal comportamiento y conducta desconsiderada, pero el mundo no aguantará tales cosas.

Luego socializa a tus hijos. No se los impongas a los demás. Se ve a padres hacer esto. Jaimito o Mari se están portando mal y siendo muy desconsiderados con otras personas, pero los padres sonríen con indulgencia –¡Ah! es así la pequeña, o el pequeño- y los demás deben aguantarlo y pensar que son una dulzura de niños. De hecho, los demás es mucho más probable que piensen “que crío más espantoso”.

La buena educación no está de moda hoy en día, asociada como está con valores burgueses, con la educación de la clase media y todo ese tipo de cosas; la tendencia es a tirar “el bebé” de la buena educación “con el agua sucia del baño” de la moda sociológica. Pero tenemos que hacer lo que podamos para recuperar al “bebé”. Investigaciones recientes han identificado una relación definitiva entre la mala educación y la delincuencia juvenil, lo que sugiere que la parte de la socialización que consiste en inculcarles a los niños buena educación no ha de ser subestimada.

La próxima semana más, queridos amigos.

Felices fiestas a todos.

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Sangharákshita nació en Londres, Inglaterra, en 1925. Cuando tenia 17 años leyó dos textos budistas importantes y se dio cuenta que era budista y que siempre lo había sido. Durante la segunda guerra mundial el ejército ingles le mandó a la India donde se quedó al final de la guerra. Pasó 20 años en oriente y durante su estancia se ordenó como monje budista, tuvo maestros de casi todas las escuelas del budismo y también conoció maestros de la religión hindú. Escribió Una Panorámica del Budismo , obra de mucha importancia, que tuvo una acogida entusiasta. Durante los años sesenta algunos budistas ingleses le invitaron a regresar a Inglaterra. En cuanto llego, reconoció que había mucho interés en las religiones orientales y decidió quedarse en occidente para enseñar el budismo. En 1968 fundó La Orden Budista Occidental : una orden ni laica ni monástica sino una forma nueva de practicar el budismo en el entorno occidental. Comenzó a presentar el budismo con un lenguaje especialmente apropiado para occidentales, basándose en un profundo conocimiento no sólo de las escrituras budistas tradicionales sino de la cultura de occidente. En agosto de 2000 Sangharákshita cumplió 75 años y escogió el día de su cumpleaños para traspasar a otros todas sus responsabilidades como cabeza de la Orden Budista Occidental. Actualmente vive en Birmingham, Inglaterra y se dedica a su obra literaria y a mantener contacto con sus discípulos.

sábado, 5 de diciembre de 2009

HACIA UN ECUMENISMO ACTIVO Y TOLERANTE.


Estoy absolutamente convencido de la necesidad de acercar posiciones entre el budismo y el cristianismo en asuntos de vital importancia, como el de los Derechos Humanos, por ejemplo. Debemos caminar hacia un ecumenismo activo y tolerante, tratando de encontrar un equilibrio entre dichas acciones por el bien común y dejar a un lado las diferencias doctrinales, con el respeto a las confesiones religiosas implicadas en ello.

Otro asunto de altísima prioridad será el unir las voces para la salvación no solo de las “almas” sino de la propia tierra y concienciarse de las consecuencias del cambio climático. Sería una buena forma de “presionar” de forma pacífica pero firme a los gobiernos para que adopten medidas realistas y no meras promesas que nunca llegan a cumplirse. Y desde los púlpitos o templos budistas aconsejar y formar a los fieles en un modelo de consumo responsable y con el menor impacto medioambiental.

La siguiente noticia que vais a leer debería ser un precedente para otras acciones similares:

“Líderes de la Iglesia Católica, de otras denominaciones cristianas y del budismo llamaron al Gobierno y al Parlamento de Corea del Sur a unirse a la corriente abolicionista de la pena de muerte, pues se trata de una medida que no combate el crimen y que "no considera el carácter sagrado de la vida".

Los líderes religiosos firmaron el 26 de noviembre una declaración conjunta difundida por la Comunidad de San Egidio con ocasión de la 8º Jornada Mundial "Ciudad por la Vida, Ciudad contra la Pena de muerte", celebrada el 30 de noviembre.

Según la agencia Fides, el texto exhorta al Gobierno a dejar de hablar de una reanudación de las ejecuciones –que no se realizan desde hace doce años-, "y se comprometa más activamente para abolir la pena de muerte", y a la Asamblea Nacional, para que en la actual legislatura apruebe "la ley especial abolicionista que ya ha sido propuesta sucesivamente en las últimas tres legislaturas".

"Corea del Sur tiene que asumir un fuerte sentido de responsabilidad en la participación a tal corriente abolicionista de la comunidad internacional en cuanto país miembro del Consejo para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas", señala el texto, que recuerda que la pena de muerte no tiene ningún efecto sobre la prevención del crimen, tal como se quiere hacer creer.

Los firmantes indicaron que si bien los crímenes deben ser castigados severamente, "hace falta sin embargo el esfuerzo de la sociedad para prevenir los crímenes, y hace falta también ofrecer la posibilidad de una expiación sincera y un despertar de la propia conciencia a los que se manchen con un crimen violento".

Los representantes reafirmaron el carácter sagrado de la vida y señalaron que "toda vida llamada a existir sobre esta tierra es sagrada. La pena de muerte es para nosotros un ‘homicidio de estado’ que en nombre de la ley y la institución priva artificialmente un ser humano de su vida insustituible".

La declaración fue firmada por el Presidente de la Conferencia Episcopal de Corea, Mons. Peter Kang U-il; el Secretario General del Concilio Nacional de Iglesias de Corea, Rev. O-Seong Kwon; por el Buddhismo del Ven. Ji Kwan, (Presidente del orden Jogye) y por el Budismo Won del Rev. Seong-Taek Lee (Secretario general)”. (Fuente: http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=27752)

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www.tantrayana.blogspot.com (“La compasión egoísta”).