jueves, 30 de agosto de 2007

Pequeña introducción al Zen


El zen - Dhyana en sánscrito - remonta a la experiencia de Buda Shakyamuni, quien realizó el despertar en la postura de zazen en el siglo VI DC. Esa experiencia se transmitió sin interrupción de maestro a discípulo, formando así la línea zen. Su aspecto cultural y folclorico se conoce en occidente desde el principio del siglo veinte, a través de diferentes prácticas como los artes marciales, la ceremonia de té, el arte floral o los famosos jardines japoneses etc. Pero incluso si la profundidad de su filosofía y la pureza de su estética atrajeron mucho a artistas, escritores y los filósofos, eso nunca dejó nacer una verdadera práctica, porque son solamente las frutas de una semilla plantada en la tierra japonesa algunos siglos atrás. Pero ¿cuál es esta semilla? ¿Cuál es la fuente creativa de todas estas frutos?

Al hablar de este tipo de budismo en cualquier país en donde esté establecido, hay que remontarse a su presencia en China. Todos los linajes del zen en todos los países unen sus orígenes a los patriarcas chán. La influencia de los relatos y enseñanzas de estos patriarcas es un referente constantemente utilizado en el estudio y la práctica, y las escuelas presentes en los distintos países son en realidad derivaciones de las mismas escuelas ancestrales chinas.
Desde China, el budismo chán se extendió con éxito a los actuales Corea, Japón y Vietnam. En otro sitios como el Tíbet, estuvo implantada durante cierto tiempo, pero acabaría desapareciendo la corriente Zen. No obstante, la influencia de este enfoque norteño en el budismo dejaría larga impronta en los Himalayas, y muchos estudiosos subrayan a las conexiones tanto históricas como de transmisión de textos desde el chán hacia prácticas tibetanas como el dzyan.

En el budismo japonés históricamente los monjes viajaban con frecuencia a China para recibir la transmisión de nuevas enseñanzas de maestros chinos. De vuelta a su tierra y con esa herencia de autoridad, extendían las prolongaciones de las escuelas y enseñanzas que habían conocido en el continente. Con el tiempo adquirían su propia personalidad japonesa. Esto en realidad es buena parte del patrón cultural del Japón, en donde la influencia China es totalmente central para entender su cultura y religión. Así las dos escuelas principales del budismo chán chino llamadas línjì y cáodòng verán su paralelo japonés en sus respectivas dos escuelas principales del budismo zen japonés: rinzai y soto.
Estas dos escuelas japonesas acapararán con el tiempo buena parte de un nuevo resurgir del budismo en Japón. Por un lado, la escuela Rinzai sería del agrado de las clases feudales. Por otro, la escuela Soto vería cómo su práctica sería integrada hasta cierto punto dentro del modo de vida de los samuráis. La escuela ya por entonces preponderante y anterior en Japón, llamada Tendai, no se opondría significativamente a ello.