Ha fallecido el 17 de febrero mi suegra Agripina Framil Cao.
He tenido abandonados los blogs para acompañar a mi mujer en estos duros momentos.
Poco a poco iré contestando los comentarios y mensajes atrasados.
Gracias por vuestras oraciones por Agripina y la solidaridad con Amparo, pues vuestros pensamientos fraternales de apoyo siempre llegarán al corazón. Basta con un simple deseo sincero, cerrar los ojos un par de minutos y dejar que el corazón se exprese por si mismo. Es un acto que beneficia a todos: quien lo emite y quienes lo reciben.
La muerte no es el final…
Que Dios os bendiga a todos.
4 comentarios:
Así es Javier: La muerte no es el final. Un calido abrazo.
Lo siento mucho....que alla donde valla encuentre paz
la muerte es siempre el comienzo de la historia dios le de tranquilidad y consuelo a tu esposa-carmen
Pues sí, Javier, la muerte es parte del proceso eterno de existencia del ser pero no podemos evitar sentirnos apenados, cuando afecta a alguno de los nuestros.
Recibe mis más sinceras condolencias y que Dios te bendiga a ti también, Javier.
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