lunes, 15 de octubre de 2007

NOTICIAS ZEN


RETIRO ZEN EN VIGO:


El maestro Denkô Mesa aterrizó en el aeropuerto de Vigo a las siete menos diez . Atardecía ya en un otoño suave de terciopelos brumosos.
En el Ateneo de Ourense la conferencia anunciada "Hacia un modo de vida correcto" congregaba a los asistentes. Un público adormecido de rutinas y de sueños rotos llenó la sala en cuestión de segundos (¿de dónde han venido?) El Dharma vestido de verde aceituna toma la palabra: "vengan, anímense, aún quedan plazas libres” para aprender los ritmos de la salsa Kan yi zai bo satsu, para el tango del Mushôtoku,”sólo ustedes pueden tener la experiencia. Estamos aquí porque en el fondo todos deseamos sentirnos felices y pueden hacer del arte de la atención una constante transformación en sus vidas".
El viernes partimos para La Ramallosa, allí iba a ser la romería del Zen, la foliada del Maka Hannya Haramita Shingyo. Dos discípulos atorados aprisionan al maestro en un embotellamiento inconmensurable entre el bullicio que huye de la ciudad para trasladarse a las playas el fin de semana.
El barquero va a enseñarnos a remar. Para empezar necesitamos: pacificación (shi), introspección (kan) e indagación lúcida (prâjña) En el Teishô se nos explican los fundamentos de la meditación: estabilidad, concentración, investigación, comprensión, integración, trascendencia liberadora....
Luego, como despedida, zazen en el campo. Entre los árboles y las moscas, los rostros y los cuerpos dejan atrás convulsiones, retorcimientos, vómitos, menopausias…
En el círculo de corazones agradecemos al “barquero mayor” que nos facilite la transmisión impecable, como hace 2.500 años, que sea tan cercano y tan distante, que sea el dedo que señala la luna y que se entregue tan generosamente.
(Esta crónica fue escrita por Dorinda Udías)

Crónica del "Sesshin" de Primer Nivel: 2 al 7 de Agosto 2007

Un día de principios de agosto, poco a poco íbamos llegando 50 personas al templo de la Luz Serena para participar en lo que sería la primera sesshin de introducción del ango de 2007.Nos fuimos encontrando en torno a la hospedería y la secretaría para instalarnos y terminar de formalizar la inscripción. La tarde era cálida y había una brisa suave. Respecto a los participantes, de todo. Algunas caras conocidas y otras no. Gente que ya había estado en Luz Serena más veces, que llevaba tiempo practicando, unos que habían empezado hacía poco y otros que eran totalmente novatos. En cualquier caso cada cual traía consigo su historia particular, sus expectativas, sus ilusiones o una búsqueda de algo que falta y no se sabe muy bien qué es. Fuimos a cenar, estábamos relajados y se charlaba animadamente. Tras esto nos reunimos en el círculo de corazones, una práctica que se hizo al aire libre en la zona dónde descansan los restos mortales del maestro Shuyu Narita. Allí estábamos, alrededor de una esfera negra iluminada por la luz tenue que proporcionaban cuatro pequeños fuegos. El maestro Dokushô indicó que nos fuéramos presentando y diciendo nuestro nombre junto con la motivación que nos había guiado hasta allí.Gasshô, y uno a uno empezamos a mostrar una parte de nuestro interior ante los demás. Posiciones muy distintas se van encontrando, en un arriesgado intento de alcanzar felicidad. El maestro Dokushô se presenta el último “Mi nombre empieza por D ...”, el humor de sus palabras y la fuerza de su presencia alivia la fuerte carga emocional del momento. Nos vamos a la cama. Extinción de luces y aunque estamos cansados parece que nos cuesta dormirnos. Al día siguiente vamos entrando en “materia”. Introducción a zazen y primera comida en oriokis y, por supuesto, el silencio. Ya no hay nada que decir y comienza el escucharlo todo. Empieza la soledad... la atención debe estar presente en todos nuestros actos y hay tres cuencos que van a ponerla a prueba... Dokushô sensei nos dice que comer en oriokis es economía de movimiento, no se hace nada que no sea necesario. Se agradece al instructor que repita con inmensa paciencia lo que se debe hacer en cada momento, eso sí, ¡Con la espalda bien recta! Ya se va notando la incomodidad de la postura y la frustración de no conseguir hacer las cosas bien. He hecho ruido con los cuencos al sacarlos, ¿ La cuchara primero o después del tenedor? , ¿Los mangos la la derecha o la izquierda al empezar?, ¿ Para arriba o para abajo?, ¿He hecho gasshô al compañero que me pasó la comida?...Zazen y kin hin. Si zazen es morir creo muchos lo hicimos aquella primera tarde por el calor, por el dolor, el agobio... ¿o por qué? Estarse completamente quieto y atento a la respiración tomando nota de todo lo que sucede, dejarse caer hasta el fondo de uno mismo... Creo que nos resulta bastante duro. Veo temblores y cambios de postura en los compañeros, hasta miedo, y yo hago esfuerzos por aguantar todo lo que pueda, pero, empapada en sudor, me estoy obsesionando con las gotas que recorren mi cara... clinnnnn... clinnnn...! Suena la campana. Por fin se acaba... salvada! (de momento ... ) Kin Hin, inspiración mientras se adelanta un pie, tigres y tigresas penetrando en la selva. Espiración... apoyamos el pie en el suelo, dragones que se sumergen en el océano, lo somos aunque no lo sabemos, dejamos que nos cale dentro aunque no entendamos nada y nuestros brazos parezcan un poema. Teishô es la enseñanza que nos da el maestro. Hay humor, amor y sabiduría en sus palabras, parece que a la shanga le da vergüenza preguntar... Se rompe el hielo y se plantean dudas sobre la práctica y el significado de algunas cuestiones. Una historia nos es contada por primera vez y es redescubierta por otros, en la que se habla de un maestro antiguo que le decía a su discípulo que el universo entero es una perla brillante. Otra historia nos hace caer en la cuenta de que todos vamos huyendo de algo o persiguiendo algo, pero que al final caemos por un precipicio con una serpiente enorme y que la muerte es parte de la vida. ¿Hay que pensar en la muerte ahora? Samu es el trabajo que haremos. Antes de iniciarlo gritamos ¡¡¡Buen samuuu!!! Este grito nos llena de energía para la tarea a realizar. Unos llevan carretillas bajo el sol, otros limpian el dojo, la hospedería o pintan una verja. Da igual lo que se haga, lo importante es mantener el estado de presencia en cada momento. Los ejercicios de estiramientos, masajes y flexibilidad son un regalo para nuestros cuerpos doloridos. Así sin darnos cuenta entramos en el ritmo de la sesshin donde unas actividades se suceden a otras. Zazen-kin hin-zazen-desayuno-estiramientos-samu-comida-descanso-estiramientos-zazen-teishô-cena-zazen....y cuesta recordar un día en concreto. Las nubes trajeron lluvia a Luz Serena. El bosque olía increíble, y una pequeña parte de nosotros fue arrastrada por ese agua. La última noche hicimos zazen en el círculo de piedras, con las rodillas en la tierra y sobre nuestras cabezas un cielo oscuro con miles de estrellas brillando vibrantes, un respiro para el alma... vuelta al dojo para la ceremonia y a dormir. Por la mañana volvimos a la colina. Eran las primeras luces del día las que nos guiaban ahora. Desayunamos, hicimos el último samu y recobramos la palabra. Formamos el círculo de corazones otra vez. La emoción nos embargó. Reímos y lloramos soltando todo lo que nos había sucedido. Realmente este sitio es algo mágico. ¡Gracias a todos!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermosísima descripción de un sesshin zen. Me ha emocionado, gracias por compartirlo.

JAVIER AKERMAN dijo...

Gracias a ti, Anónimo.
Un saludo cordial.