
“Piaget encontró que los niños comprenden por primera vez aproximadamente a los cinco años de edad que ellos crean sus propios sueños, y no una influencia externa. La meditación es así. También ayuda a los meditadores a descubrir cuánto de su propia incomodidad surge desde adentro. Poco a poco, se va viendo que el sufrimiento es causado por uno mismo, es el producto de un ego que construye su propio mundo de fantasías, ilusión y engaño.” James H. Austin, Zen y el Cerebro.
Hola que interesante blog....mmm..wait a minute! ya nos conocemos!!...eramos amigos blogueros, que paso? creo que las ocupaciones, por mi parte la confusion de amistades por aqui alla, viajes, ocupacion... tu tambien, y asi nos perdimos el contacto :)
ResponderEliminarRegreso para deleitarme nuevamente, gracias por tu amistad,
besos, feliz semana...
¡Patricia! ¡Que grata sorpresa!
ResponderEliminarLa amistad no depende del tiempo.
Me alegro, querida amiga, de tu visita.
Voy raudo a tu blog.
Besos y feliz semana también.
He vuelto a leerte Javier! No me cansaré en agradecerte por compartir tu conocimiento, que tanto bien hace.
ResponderEliminarQue tengas un buen fin de semana.
Saludos
Ezequiel
¡Que sorpresa Ezequiel!
ResponderEliminarGracias por la visita.
Un saludo cordial.
El ego ... que no para de ponernos trampas para sobrevivir.
ResponderEliminarUn abrazo!
Como siempre brillante, mi muy querido y admirado Javier.
ResponderEliminarLa mente es todo....y cuando la perdemos llegamos casi que a la nada.
Un abrazo inmenso
Si querido amigo Ricardo. La mente lo es todo.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Un fuerte abrazo.
Cierto, Bahhia. Es un tramposo que nos busca...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Esta entrada y la anterior de "El bote" explican a la perfección todo el mal que hay en la sociedad.
ResponderEliminarEs así de sencillo pero a la vez así de complicado.
Quien no lo sepa ya lo aprenderá deprisa!
Un abrazo Javier
Efectivamente Fael-lo, tarde o temprano todos aprenderemos esa verdad en carne propia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Estoy de acuerdo, en que el sufrimiento lo causa uno mismo, a pesar de ser las circunstancias las que puedan inducir a ello, pero teniendo siempre la mente envuelta en optimismo, las cosas siempre se ven de un color clarito, por eso, no debemos nunca dejarnos vencer al caer, y volver a levantarnos cuanto antes.
ResponderEliminarUn beso.
Un placer tu visita, María.
ResponderEliminarUn beso.